Un arte natural
15/Abril/2017
La vida te define por el entorno en el que creces; familiares, amigos y lugares, son la motivación perfecta para hacerte saber cuáles son los pasos a seguir, para Victoria Montañez la magia de la joyería, que permite transformar minerales en elementos inspirados por la naturaleza, envolvió entre sus brazos a esa niña que un día sería tan grande como su imaginación.
Formación de una artista
Nacer en una pequeña urbe nunca fue impedimento para que las personas se convirtieran en iconos de grandes ciudades, y aunque su historia comienza en Duitama, una población del departamento de Boyacá, para Victoria sus metas siempre fueron más altas que sus sueños.
Durante su infancia, la majestuosidad de la naturaleza formó parte de su cotidianidad, eucaliptos, he inmensos pinos, rodeaban aquella finca llena de folclor y algarabía donde se reunían durante los fines de semana familias enteras con excusa de algún cumpleaños o festividades recurrentes.
En aquel pequeño bosque donde los más jóvenes solían adentrarse como si de expedicionistas importantes se tratase, Victoria conoció las texturas de la naturaleza, que por medio de sus perfectas imperfecciones narraban su vejez en medio de un paisaje infinito de árboles y arbustos que se fundían con el azul del cielo.
Cuando los sueños son más imponentes que los lugares y la familia, se debe tomar la decisión de salir del pequeño capullo que nos forma, para buscar nuevos horizontes en lugares que nunca antes había llegado a imaginar, y es gracias a esta decisión que Victoria aterrizó en una selva de cemento, adornada con flores que se marchitan con el tiempo.
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Medellín acoge a la pequeña, que con tan solo 16 años es motivo de orgullo para aquellos que desde la lejanía entienden que no puede quedarse para siempre en el nido, y aun conociendo su motivación no deja de ser desgarradora la ausencia de este importante miembro de la familia.
Encuentro con su vocación
Su motivación inicial siempre se relacionó con crear, así que el Diseño de Vestuario fue su elección, lentamente se sumergió en un mundo que le permitió dejar volar su imaginación, pero por azar o quizás el destino que nos lleva en diferentes direcciones, Victoria encontró su complemento en la joyería, pues entró en su vida sin buscarla.
El sentimiento que se despierta cuando descubres tu pasión, en lugares que nunca antes llegaste a imaginar que podían existir, es indescriptible; elementos como el olor de la cera fundida, el sonido de la segueta y el color de los metales mientras se funden, se convirtieron en parte primordial de esta joven que teniendo conocimientos limitados se adentraba en el mundo de tallar pequeñas piezas de arte.
Lentamente fue perfeccionando su técnica sin olvidar cuáles eran sus raíces, gracias a esto, plasmó los objetos naturales que durante toda su infancia hicieron parte de su vida, y sin esperarlo, estas piezas despertaron la curiosidad de muchos, por esto tomó la decisión de sacar una pequeña producción, ofreciéndola en las redes sociales.
En el transcurso de su carrera, algunos profesores pusieron sus ojos sobre aquellas piezas únicas que reflejaban la belleza de la naturaleza plasmada sobre el metal, y por medio de un proyecto académico unen a Victoria con 2 compañeras que tenían proyectos similares, fruto de esta unión nace Homeland.
Con el nuevo proyecto que se encontraba en marcha, estas 3 jóvenes emprendedoras, inspiradas en la belleza natural, unen sus fuerzas para darse a conocer, plasmando su arte con materias primas diferentes, así que la marroquinería, orfebrería y joyería se complementaron a la perfección.
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Juntas desarrollaron diferentes productos y participaron en ferias, ganando el reconocimiento necesario en la capital antioqueña para poder atraer la atención de tiendas multimarca quienes se interesaron en sus productos, pero a pesar de la unión, cada una decidió mantener su nombre como sello característico.
Poco a poco Victoria comenzó a mejorar su habilidad gracias a la constancia y la práctica, a su vez se interesó por perfeccionar la calidad de los productos, de manera autodidacta investigó y comenzó la implementación del vaciado en cera perdida, que le permitió generar la sensación de realismo en cada una de sus piezas
Al pasar el tiempo, la alianza de las 3 jóvenes emprendedoras se diluyó, pues decidieron tomar rumbos diferentes, y así como en el pasado acordaron mantener el nombre de cada una en los productos, Victoria lo conservó como identificador de su marca.
El nacimiento de su aventura
Desde la creación de su empresa, Victoria tenía claro que la naturaleza sería el horizonte que trazaría la continuidad narrativa de sus piezas, y a pesar de su conocimiento y constante aprendizaje en varios tipos de joyería, nunca perdió el horizonte de lo que deseaba plasmar.
Así como la dedicación empleada en sus joyas, el ser meticulosa con elementos tales como los empaques hechos a mano, brindan pequeñas diferencias entre hacer productos por hacerlos, y alguien que piensa en el consumidor como aquella persona que puede ser seducida por el interés de conocer la historia detrás de cada pieza de arte.
Se hace importante resaltar aquellas alianzas que han permitido el crecimiento personal y empresarial de Victoria, entre las que se encuentra la casa redonda, gracias a ferias desarrolladas por los mismos donde permiten que jóvenes emprendedores les muestren a los antioqueños sus productos, junto con la historia de los mismos.
Para Victoria, fue un honor incomparable poder estar frente a frente con los maestros joyeros que convergen desde todos los rincones del país en la feria desarrollada por Artesanías de Colombia en Bogotá; “Expoartesanías”, donde no todos los pequeños joyeros tienen la posibilidad de entrar, es por esto que enfrentarse a tan corta edad a una de las mayores vitrinas para la joyería en Colombia ha sido la experiencia más gratificante de su carrera.
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Victoria Montañez refleja la constancia y emprendimiento de una joven artesana que pretende dejar una huella a través de la identidad cultural de sus raíces, solo quiere que te dejes cautivar por el arte que plasman sus manos.
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