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 Elixir entre hojas y raíces 

21/Abril/2017

Escalones de madera que crujen con cada paso dado, una tenue luz roja que anula cualquier rastro de frío que caracteriza una típica tarde capitalina y  a lo lejos música indie que te envuelve por completo, así podría caracterizar la llegada a Huerta Bar.

 Sembrando innovación 

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Ubicados en el segundo piso de la calle 69ª 10 # 15, en una casa esquinera con aires de acogedora, que cuenta con una vista a un pequeño parque, un interior equipado con paredes de ladrillo, guacales en el techo, ventanales con pequeños arreglos florales y una barra iluminada como un escenario listo para su próximo show, abren sus puertas al público este bar de coctelería artesanal.

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Una vez envuelta en el ambiente cálido y hogareño que genera la huerta, Wiston Franco, un hombre de voz fuerte, pero personalidad apaciguadora, nos da la bienvenida. Sentados en un sofá acompañado de una luz delicada proveniente de una vela ubicada en nuestra mesa, se dispone a contarme su travesía como fundador de la huerta desde finales del 2015. Con propiedad y determinación me comenta sobre el posicionamiento de la mixologia en el mundo, en sus palabras “el arte de preparar cócteles únicos y acordes a un concepto”

Al ver la necesidad de posicionar a Colombia en este mundo de la mixología, desarrollo junto a Gabriel Orta, un bartender Colombiano, que cuenta el puesto 14 entre los mejores bares del mundo, un concepto de coctelería avanzado, que pudiera recastar un enfoque a partir de frutas y plantas colombianas. Es por esto, que el inicio de este proyecto se forjó en el Biohotel, un edificio sostenible que cuenta con una huerta de 700 plantas, ubicadas en 40 metros lineales por 4 metros de alto.

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Franco afirma que es el concepto el que se debe adaptar al espacio, no como usualmente se cree, al revés. Es de este espacio que nace la idea de crear un bar autosostenible que se fundamente a través de la coctelería artesanal, pues como su lema lo establece están “cambiando al mundo un cóctel a la vez”. Una filosofía intrínseca que no solo abarca el concepto de las bebidas, puesto que trasciende a la totalidad del bar.

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Desde bombillos led, pitillos de acero inoxidable, muebles totalmente hechos de materiales reciclados, material promocional producido a partir de papel reciclado, el uso suprimido de desechables y unos cordiales trabajadores que transitan en dos ruedas por Bogotá.

 

Aspiran seguir manteniendo los reconocimientos que hace poco les han otorgado como mejor nuevo cocktail bar de Colombia y mejor cocktail bar de Bogotá, además de expandir esta propuesta a lugares como Miami y Costa Rica.

 Cultivando conciencia 

 Recetas de la huerta 

A pesar de que ya no se encuentran ubicados en el Biohotel, piensan integrar en su nueva sede un cultivo hidropónico, por el momento cuentan con un pequeño muro vivo que da más que vida al lugar. Es de allí que retoman la tradición de ir y suministrarse de pequeñas plantas como lo es cidron, hierba buena, albahaca, romero, entre otros. Además de esta pequeña huerta en construcción, cuentan con una finca que conserva todos sus cultivos y de los cuales son traídos semana a semana según la demanda del bar.​   

 Tomando experiencias 

Si una buena conversación estás buscando, no dudes en venir y sentarte en la barra, allí te encontrarás a David Guzmán, un joven bartender llegado desde Cartagena, quien trae consigo el sabor y alegría de la costa; 2 fueron las experiencias a probar, el primero llamado “Tiki taka” que consta de una mezcla de horchata de marañon, ron infusionado en limoncillo, piña, moras, un toque de limón y una lluvia de nuez moscada.

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Como segunda bebida, opte por un “Smoked Voulevardier” hecho a partir de un toque de un whiskey bourbon, de la marca Wild Turkey,  Campari y Martini Vermouth Rosso, ahumado con canela. Comentarios salidos de lugar, bailes espontáneos y uno que otro chiste son los agregados con los que David acompaña la preparación de las bebidas. Junto a Carolina, otra joven aprendiz, quien siendo el opuesto a David, demuestra demostrando su tranquilidad y serenidad, mientras crea un tiki taka entre risas con las ocurrencias de su compañero.

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Y es que no importa si no eres el gran conocedor, pues ellos y otros integrantes de la huerta se encargan de enseñarte un poco sobre este gran mundo de la coctelería, donde la barra se convierte en todo un espectáculo a la hora de la creación.

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Con una sonrisa de satisfacción en sus rostros David y Carolina, entregan terminadas las bebidas. Atentos, no se pierden el momento del primer sorbo, seguido de varias preguntas acerca de si acertaron con la preparación del cóctel, parecen fanáticos de los halagos y las buenas reacciones.

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Una vez al frente mio, acudo a otorgarles el visto bueno. El “Tiki Taka” parece ser un cóctel dulce y tropical, condensado en un vaso al mejor estilo tiki, asimilando a dichas estatuas de forma humana, provenientes de la cultura polinesia. La combinación de sabores crea una sinfonía de sensaciones, el toque de la nuez moscada en compañía del ron, ayudan a establecer un punto diferente, que rompe con el dulzor de los demás ingredientes.

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En segundo plano aparece el “Smoked Voulevardier”, su apariencia es sobria, clásica y elegante, sus componentes hacen que sea un trago amargo, al acercarlo te deslumbra con su fuerte olor, el primer trago tiende a ser un poco pasado, debido a su áspero sabor, pero al final se denota un ligero toque acaramelado.

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Cada cóctel es único, una historia y una experiencia nueva, además, Huerta Bar, te ofrece, no solo uno, sino varios amigos, muchas risas, aprendizajes y expectativas de volver a sentir lo que se vive aquí.

Por Laura Alejandra Garavito          @Lauralejandrag
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